• En cualquier proceso de aprendizaje, nos hacemos más preguntas.

• No doy recetas mágicas que sirvan para todos por igual, primero porque estoy convencida de que no existen y segundo porque cada relación (madre/padre – hija/hijo) es diferente.

• Recuerda ser muy amable contigo, las madres y padres hacemos lo mejor que podemos y sabemos con los recursos que tenemos.

• Solo puedo ofrecerte algunas ideas para que tú puedas coger lo que te sirva y hacerlo tuyo, a tu manera.

Como les comenté en el taller, no hay casi ningún material que según mi criterio sea perfecto y está bien que así sea, porque lo que queremos es generar un diálogo con nuestras niñas y niños sobre él. Si hay cosas que no nos gustan o no estamos de acuerdo, podemos argumentarlas y dar nuestra opinión, cuestionando así que cualquier material escrito o audiovisual contenga la «verdad absoluta». Esto nos ayuda, por un lado, a tener algo en lo que apoyarnos para abrir ese canal de comunicación tan necesario y, por otro, a sembrar el germen de lo que será el pensamiento crítico (muy útil, por ejemplo, para cuando accedan al porno).

Es crucial fomentar este tipo de pensamiento desde edades tempranas, ya que les permitirá cuestionar y analizar la información que reciben, en lugar de aceptarla ciegamente. Además, al promover el diálogo abierto y respetuoso, estamos creando un ambiente de confianza donde nuestros hijos se sientan cómodos para expresar sus dudas e inquietudes sin temor a ser juzgados.